Un problema de nuestra civilización, el ruido está en todas partes. Si bien, por lo general, se siente como una mera molestia, también puede causar daños irreversibles en nuestra audición. La 21.ª Jornada nacional de la audición es la ocasión ideal para comprender este peligro y, así, prevenirlo mejor. Porque en realidad, ¿qué peligros supone el ruido?
RESUMEN
Definición y estatuto legal
El sonido y el ruido son dos componentes valiosos de la vida cotidiana que permiten interactuar con el mundo que nos rodea. Sin embargo, una exposición demasiado prolongada o intensa al ruido —tanto en el lugar de trabajo como en la vida cotidiana— puede pasar a ser un peligro y causar daños irreversibles en la audición a largo plazo.
El sonido
Un sonido se define por las vibraciones de aire que llegan al aparato auditivo. Se compone de tres elementos inseparables:
- La frecuencia: su unidad es el hercio o hertz (Hz) e indica el número de vibraciones durante un segundo (100 Hz = 100 vibraciones por segundo). Cuanto más alta sea la frecuencia, más agudo será el sonido.
- La intensidad: se expresa en decibelios (dB) e indica el nivel sonoro. Cuanto mayor sea el número de decibelios, más fuerte será el sonido.
- La duración: un sonido se puede emitir durante un periodo corto (explosión, avión de reacción, etc.) o por un periodo más largo (una máquina en un taller, un martillo neumático en una obra, etc.).
El ruido
A diferencia del sonido que tiene una definición objetiva, el ruido es un concepto subjetivo que se refiere a los sonidos percibidos como desagradables y molestos. Así, cada individuo desarrolla su propia sensibilidad al ruido según su cultura, su experiencia y su exposición.
La legislación
En el ámbito europeo, el ruido está reconocido como una causa de enfermedad ocupacional desde el 2003.
La Directiva 2003/10/CE establece una política común en materia de lucha contra el ruido en el lugar de trabajo, la enfermedad europea más frecuentemente señalada en la Unión Europea.
Desde el 2006, esta directiva ha sido transpuesta a todos los Estados miembros nacionalmente y establece las disposiciones mínimas en materia de protección de los trabajadores contra los riesgos resultantes de una exposición al ruido:
A partir de 80 dB(A)
- Dotación de protectores individuales contra el ruido
- Formación sobre los riesgos que supone el ruido
- Examen audiométrico
A partir de 85 dB(A)
- Puesta en marcha de un programa de medidas para la reducción de la exposición al ruido
- Uso obligatorio de protectores auditivos
- Examen audiométrico intensificado
A partir de 87 dB(A)
- Umbral que no se debe sobrepasar (protectores individuales contra el ruido colocados)
- Aplicación de medidas inmediatas de reducción a la exposición
- Limitación de la duración de exposición de los trabajadores
Los niveles de ruido
En los últimos 15 años, la proporción de empleados expuestos a ruidos peligrosos para la audición ha aumentado tanto en Europa como en todo el mundo.
Son cada vez más los sectores empresariales afectados, por ejemplo, el sector terciario, aunque siguen siendo la construcción y la industria los más perjudicados.
Los niveles de ruido en los que es recomendable protegerse
En virtud de la directiva europea, un empleador tiene la obligación de dotar a sus empleados de protectores individuales contra el ruido en casos de intensidades sonoras comprendidas entre 80 y 85 dB(A). He aquí algunos ejemplos de oficios en los que se aconseja proteger la audición:
Recordemos que se trata de promedios y que las intensidades sonoras pueden varias de un oficio a otro.
Los niveles de ruido en los que es primordial protegerse
A partir de 85 dB(A), la dotación de protectores individuales contra el ruido pasa a ser una obligación para que los empleados se protejan contra el ruido. En efecto, cuanto más alta sea la intensidad sonora, más deberá reducirse el tiempo sin protección para no dañar la audición. Sobrepasados los 90 dB(A), algunos minutos bastan:
Información útil: ¿cómo saber si el sonido es demasiado alto?
Si necesita gritar para que una persona a un metro de distancia de usted pueda oírle, significa que el nivel sonoro es demasiado alto. Su audición corre peligro si permanece en estas condiciones.
Los efectos del ruido
Salvo en los casos de exposiciones a intensidades extremas, los efectos del ruido en la audición tardan en manifestarse. Sin embargo, las consecuencias del ruido no se limitan a la audición y afectan al organismo y a la vida cotidiana tanto de forma directa como indirecta.
Los efectos directos
La consecuencia directa más dramática de una exposición al ruido es la sordera total tras varios años de exposición a ambientes con ruido. Antes de alcanzar este extremo, una exposición demasiado larga o intensa puede tener otras consecuencias directas en la audición.
La fatiga auditiva
La fatiga auditiva es un estado temporal de sordera parcial durante el cual el oído pierde una parte de su sensibilidad. Por lo tanto, se oye menos durante varias horas, incluso durante varios días.
Los acúfenos
Los acúfenos son pitidos que se oyen aunque no haya ningún ruido alrededor. Un acúfeno puede ser temporal o crónico y afectar un oído o los dos.
La hiperacusia
La hiperacusia es una disfunción de la audición en la que el oído afectado se vuelve hipersensible a ciertas frecuencias sonoras. En tal caso, se dice que la persona oye «demasiado bien».
El traumatismo sonoro agudo (TSA)
El TSA es un problema auditivo vinculado a una conmoción sonora intensa. Se puede manifestar a través de todos los efectos descritos anteriormente. Frecuentemente, los militares, los policías o los músicos padecen de traumatismos sonoros (o acústicos) agudos.
Información útil: ¿cómo saber si se padece de problemas de audición?
Si en su entorno se enfrenta regularmente a las situaciones siguientes:
- Tiene la sensación de que las personas no articulan cuando hablan durante una reunión.
- Tiene dificultades para seguir una conversación en un entorno con ruido, por ejemplo, una cena en familia.
- A menudo, le repiten que el volumen de la radio o de la televisión está demasiado alto.
Es probable que padezca algún trastorno auditivo. Es recomendable consultar con un médico o con un otorrinolaringólogo para realizar una prueba de audición.
Los efectos indirectos
Aunque el oído es el primer órgano perjudicado, el ruido también puede afectar todo el organismo:
Tiene a su disposición un cartel de concienciación especial sin necesidad de introducir ninguna contraseña. Haga clic en la siguiente imagen para acceder.